viernes, 7 de septiembre de 2012

PAIRI DAEZA Y EL JARDIN DEL EDEN


Los primeros textos del Antiguo Testamento fueron escritos entre 1000 y 500 años a. C. posiblemente recopilando tradicionales orales anteriores. En ellos en el Génesis, se describe el primer jardín mítico, el Jardín del Edén, el Paraíso: un jardín en el cual habían todo tipo de arboles que, producían todo tipo de frutas para comer, en ese jardín se encuentra también el árbol de la vida, el árbol de la ciencia del bien y el mal, lo cual tiene gran similitud o parentesco con Pairi Daeza jardines persa que significa “Jardín Cerrado” El objetivo de estos jardines era el de procurar la tranquilidad tanto espiritual como recreativa (punto de reunión de los amigos), de hecho eran, esencialmente, un paraíso en la tierra. La manera en que estos jardines se construían podía ser muy formal (haciendo prevalecer la estructura) o muy informal (centrándose en las plantas), respetando, no obstante, algunas reglas simples de concepción, con la intención de maximizar, en términos de función y emoción, todo aquello que podía ofrecer el jardín. Se estima que el origen de los jardines persas data de unos 4000 a. C. los principales elementos de los jardines persa son  la luz del sol y sus efectos han sido un factor de suma importancia en la estructuración de los jardines persas, así como las texturas y las formas escogidas por el arquitecto para reducir el impacto de la luz. Debido a la posición geográfica en la latitud de Irán, la sombra es extremadamente importante en los jardines, sin ella no se obtendrían espacios utilizables (los árboles y los emparrados ofrecen una sombra natural; los pabellones y las paredes sirven, asimismo, para bloquear al sol). Los jardines persas, ofrecen, por tanto, un espacio lleno de verdor y frescura.
Muchos estudiosos han sugerido posibles ubicaciones del Edén. Según la Biblia, el jardín del Edén estaba situado en Oriente. Con este punto de partida y a partir de la referencia que se hace en el libro de que en el jardín había un río que tenía cuatro afluentes, no hay duda de que estaba situado en Oriente. Los ríos son: el río Pisón, el río Gihón, el río Hidekel, que es realmente el Tigris, y el río Eufrates.
Las descripciones e ilustraciones más antiguas acerca de los jardines iraníes provienen de los extranjeros que llegaron a Irán procedentes de los países situados más al Oeste. Estas descripciones incluyen las de Ibn Battuta, del siglo XIV, Ruy González de Clavijo, del siglo XV, y las de Engelbert Kaempfer, del siglo XVII. Battuta y Clavijo no hicieron más que unas descripciones someras de los jardines sin describir su planificación, en tanto que Kaempfer realizó unos diseños precisos y concretos que dejó grabados cuando regresó a Europa. Dichos grabados muestran los jardines del tipo chahar bagh en los que pueden observarse los elementos siguientes: un recinto, dos estanques rectangulares, una red interior de canales, unos pabellones, y plantaciones lujuriosas. Dos ejemplos que todavía se conservan de este tipo de jardines pueden contemplarse en Yazd (Dowlatabad) y en Kashan (Bagh-e-Fin). Se pueden identificar perfectamente los jardines grabados por Kaempfer situados en Isfahán.
La gran pregunta es ¿Existió realmente el Jardín del Edén? De ser esto cierto ¿Dónde está situado? ¿Se identifica con alguna zona geográfica actual? ¿Queda algún rastro o vestigio de que si existió?
De haber existido esta región, debió estar situada aproximadamente al sur de lo que hoy conocemos como Irak, pero ¿queda algo o evidencias de eso? Es muy probable que la respuesta sea que no ya que han sido muchas las exploraciones que se han realizado en la zona a lo largo de la historia con las que han tratado de encontrar algún resto iluminador pero nunca se encontró algo que realmente demostrara las afirmaciones que se dan en las Sagradas Escrituras.
Muchos aseguran que la idea del Jardín del Edén como paraíso en la tierra fue evolucionando, sobre todo a la sombra del cristianismo, y pasó a convertirse más en un paraíso celestial, en el premio supremo tras dejar nuestra vida terrenal.
Esta comparación entre el Jardín del Edén descrito en la Biblia y Pairi Daeza es otra de las grandes similitudes que existe, la cual nos hace pensar o probablemente dudar de las sagradas escrituras debido a que la Biblia puede ser únicamente una copia de los sucesos que pasaron antes de ser escrita.
Pero quien critica esta en el deber de demostrar que ha encontrado una falla, es su obligación puesto que si a mí hay algo que me parece ambiguo no me da ningún derecho de decir que la Biblia es errónea, más bien puedo objetarlo solo mostrando que las Escrituras claramente niegan la doctrina que enseñan y por lo mismo no puede ser un libro inspirado por Dios.
Históricamente se han resuelto muchos supuestos errores con sencillamente reconocer que hemos interpretado mal el texto sagrado. El creyente consiente debe evitar una interpretación dogmática en cuestiones de importancia secundaria, y debe reconocer que cristianos sinceros han ofrecido algunas interpretaciones que no pueden ser probadas por los hechos como ahora los entendemos generalmente.

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