Una vez toda esta ciudad fue
reconocida como la que tenía más riquezas en todo el mundo, considerando que
era la capital del Imperio Persa,
que era el que tenía más poder en este tiempo. Esta población se estableció en
el año 519 a.C, siendo la más maravillosa de las cuatro de esta dinastía, y en
la cual se encontraban diferentes tipos de edificaciones para ayudar a los
reyes a administrar todo el imperio. Persépolis se extiende por un área de
125.000 metros cuadrados y se caracteriza por sus inscripciones y tallados
extraordinarios, por su arquitectura única y por sus columnas altas de madera
que están hechas de cedros libaneses y otros árboles traídos de la India. Se
recomienda ir a ver los relieves
que aún quedan del palacio principal que allí existía y en donde se
pueden ver los hombres de la nobleza charlando mientras otros llevan flores
hermosas y objetos redondos en forma de manzanas.
También se recomienda
visitar el salón del Trono, que está justo al lado del Palacio principal, que
es la segunda edificación en tamaño de todo este complejo. Este lugar también
es conocido como el Salón del
Honor del Ejército Imperial y tiene ocho puertas de piedra que
están decoradas de sur a norte con relieves de escenas del trono y de oriente a
occidente con escenas que muestran al rey combatiendo contra monstruos.
La primera capital del Imperio Persa aqueménide fue
Pasargadas, pero hacia el 512 a C el rey Darío I el Grande emprendió la
construcción de este masivo complejo palaciego, ampliado posteriormente por su
hijo Jerjes I y su nieto Artajerjes I. Mientras las capitales administrativas
de los reyes aqueménidas fueron Susa, Ecbatana y Babilonia, la ciudadela de
Persepolis mantuvo la función de capital ceremonial, donde se celebraban las
fiestas de Año Nuevo. Construida en una región remota y montañosa, Persepolis
era una residencia real poco conveniente, y era visitada principalmente en
primavera.
En el 330 a C, Alejandro Magno, en su campaña de Oriente,
ocupó y saqueó Persepolis, incendiando el Palacio de Jerjes, para simbolizar
quizá el fin de la guerra panhelénica de revancha hacia los persas. En el 316 a
C, Persepolis era todavía la capital de Persis, una provincia del nuevo imperio
macedónico. La ciudad decayó gradualmente durante el periodo seléucida y
posterior. En el siglo III d C, la cercana ciudad de Istakhr se convirtió en
centro del imperio sasánida.
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