Una
gran sequía tuvo lugar cerca del momento histórico durante el cual los mayas
comenzaron a desaparecer. Y, al momento de su caída, ya los mayas habían
cortado la mayor parte de los árboles ubicados a lo largo de grandes franjas de
tierra con el fin de despejar terreno para cultivar el maíz que alimentaría a
su creciente población.
“Tenían que quemar 20 árboles para calentar la piedra caliza que
les servía para hacer apenas 1 metro cuadrado de cal que utilizaban como
material para construir sus formidables templos, represas y monumentos”
“Los mayas arrasaron con extensas porciones
de tierra cultivándolas en exceso”. La sequía no sólo hizo que fuera difícil
cosechar alimento suficiente, sino que también habría provocado que fuera más
difícil para los mayas almacenar agua suficiente como para sobrevivir durante
la temporada seca.
“Las ciudades trataron de mantener una reserva de agua que
durara un período de 18 meses”, “En Tikal, por ejemplo, había un sistema de
represa que contenía millones de galones de agua. Sin suficientes
precipitaciones, las reservas se secaron”. La sed y la hambruna no colaboran
para mantener feliz a una población. Como dice la expresión: lo demás es historia.
“En algunas de las ciudades-estado de los mayas se han
encontrado fosas comunes que contienen grupos de esqueletos con incrustaciones
de jade en los dientes (algo que ellos reservaban para la elite maya); de modo
que tal vez, en este caso, se trate de aristócratas asesinados”.
Los mayas utilizaron yeso como base para construir sus
grandiosas ciudades, repletas de templos ornamentales, observatorios y
pirámides. Durante cientos de años, la cal se ha ido filtrando hacia el suelo.
Como resultado, la vegetación que crece alrededor de las ruinas luce muy
distinta de las demás, cuando se la observa en la actualidad mediante una luz
infrarroja.
Durante
más de 500 años, los mayas fueron
la civilización más rica y avanzada del continente americano.
Ocupaban la mayor parte de la Península de Yucatán y de América Central, así
como los territorios que hoy pertenecen a Guatemala, Belize y Honduras. Pero en
el año 800 iniciaron un lento colapso, y dos siglos después la mayoría de sus
templos y ciudades se habían convertido en ruinas. La disminución de las lluvias jugó un papel fundamental en el desastre.
La civilización Maya ha dejado grandes y en muchos casos, inexplicables legados a toda
la humanidad. Si tomamos en cuenta que su apogeo se dio precisamente mientras
las culturas europeas se encontraban sumergidas en el oscurantismo, podemos
entender cómo su avance era mayor en cuanto a ciencias, artes y arquitectura;
sin embargo es aún un misterio el
por qué de la desaparición de quienes nos antecedieron habitando
esta tierra dejándonos imponentes ciudades como Tikal, con sus pirámides de hasta setenta metros de alto o “El
Mirador” (sitio recientemente descubierto donde se afirma la existencia de la
pirámide más alta del mundo con dos cientos diez metros de altura).
La cultura Maya aún provoca cientos de estudios, investigaciones y pláticas comunes entre quienes ocupamos lo que una vez fue su hogar, así como por científicos especializados que intentan vislumbrar entre la entelarañada historia y los ininteligibles vestigios, la verdadera causa de la desaparición de esta civilización.
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