lunes, 29 de octubre de 2012

Yik´in Chan K´awiil


Si bien puede decirse que el padre de este gobernante Jasaw Chan K´awiil, fue quien logro un vuelco positivo en la fortuna de Tikal, fue Yik´in Chan Káwiil quien consolido su resurgimiento

Yik'in Chan K'awiil fue identificado por epigrafistas mayistas como el gobernante 27 en la sucesión dinástica de Tikal. Su esposa era Shana´Kin Yaxchel Pacal
Yik'in Chan K'awiil fue uno de los gobernantes más expansionistas y exitosos de Tikal, consolidando las conquistas políticas ganadas por su padre Jasaw Chan K'awiil  Yik'in K'awiil conquistó Calakmul  en 736 así como dos aliados de Calakmul en 743 y 744. Con las conquistas de El Perú al este y El Naranjo al oeste destruyó el lazo de poder que había dominado el área.

Durante su reinado se llevaron a cabo prolíficas obras de construcción en la ciudad de Tikal. Muchas de las estructuras arquitectónicas encargadas o extendidas bajo su dirección todavía están en pie. Antes de que los avances en el desciframiento de la escritura maya finalmente revelaran su nombre, era conocido como el "Gobernante B" de Tikal por los investigadores.
No se sabe exactamente donde está ubicada su tumba, pero los fuertes paralelismos arqueológicos entre la Entierro 116 (la tumba de su padre) y Entierro 196, ubicado en una diminutiva pirámide inmediatamente al sur del Templo II, conocida como Estructura 5D-73, sugiere que ésta puede ser la tumba de Yik'in Chan Kawiil. Otros posibles candidatos como santuarios funerarios son Templo IV y Templo VI.

En la ciudad maya de Tikal, la Gran Plaza, que dominaba la selva guatemalteca, era una de las más imponentes, y tenía unos 9.000 m2 de pavimento. Como otros grandes centros mayas del período clásico, era tanto una ciudad densamente poblada como un centro religioso ceremonial para las aldeas y poblaciones circundantes.

La vida de los mayas se ajustaba rígidamente a las alegrías y tristezas de sus alternativas, ya predestinadas. Algunos dioses regían por un día, un mes, un año o algún tiempo más. Si no eran propicios, ídolos más favorables entraban de turno. El sacerdote podía aconsejar a la tribu si era oportuno plantar o vender maíz, o celebrar una boda.


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